El amor llamaba a su puerta y no se iba a marchar hasta que él abriera su corazón.
Primero fue la bella Lydia Kerr la que llamó a la puerta de su rancho para pedirle ayuda. La espontánea sensualidad de aquella misteriosa joven hizo que Evan Powel no pudiera resistir la tentación de acercarse a ella cada vez más... Aunque había prometido no volver a dejarse engañar por una falsa promesa de amor.
Después una segunda maravilla apareció en su puerta: ¡un precioso bebé abandonado! La simple visión de Lydia acunando al niño hacía que el corazón de Evan latiera de un modo totalmente nuevo para él...
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