Años atrás, Issy Helligan perdió su virginidad con el guapísimo aristócrata Giovanni Hamilton, pero después él se marchó sin mirar atrás, dejándola con el corazón roto.
Diez años después, a Issy le iba bien… Bueno, tal vez cantar telegramas musicales ante un grupo de borrachos no era lo más deseable, pero lo hacía por necesidad. Y el testigo de su humillación no era otro que Gio Hamilton, ahora duque y más guapo que nunca.
Él la volvió loca de pasión y se ofreció a solucionar sus problemas económicos. ¿Era demasiado bueno para ser verdad o demasiado delicioso como para rechazarlo?
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